Sobre el
Síndrome coronario agudo
¿Qué es el síndrome coronario agudo?
El síndrome coronario agudo (SCA) es un conjunto de afecciones que repentinamente obstruyen o reducen el flujo de sangre a través de las arterias coronarias hacia el músculo del corazón, lo que resulta en una significativa disminución del flujo sanguíneo hacia una región específica del músculo cardíaco o su total interrupción. La falta de irrigación a los tejidos se conoce como isquemia.
Las consecuencias que pueden desencadenarse por esta condición dependen del grado, duración y localización de la restricción del flujo sanguíneo.
Si la reducción del flujo sanguíneo es severa o se prolonga por varios minutos, las células del tejido cardíaco pueden morir, lo que se conoce como infarto agudo de miocardio (IAM). Este evento es el resultado de la muerte del tejido cardíaco debido a la isquemia.
La angina de pecho inestable ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia el corazón disminuye súbitamente debido al estrechamiento de las arterias coronarias. Esto provoca un tipo de molestia en el pecho.

¿Qué son las arterias coronarias?
Las arterias coronarias son vasos sanguíneos fundamentales que alimentan al músculo cardiaco, también conocido como corazón. Este músculo, al igual que cualquier otro tejido del cuerpo, necesita un suministro constante de nutrientes y oxígeno para funcionar correctamente. A diferencia de otros músculos, el corazón no puede utilizar la sangre que transporta para satisfacer sus propias necesidades, por lo que depende completamente de las arterias coronarias para recibir estos elementos vitales.
Las arterias coronarias se originan directamente de la arteria aorta, la principal arteria que transporta sangre oxigenada desde el corazón hacia todo el cuerpo. Hay dos arterias coronarias principales: la arteria coronaria derecha y la arteria coronaria izquierda. Estas arterias se ramifican y rodean la superficie externa del corazón, asegurando que cada parte del músculo cardiaco reciba el flujo sanguíneo necesario.
Es importante destacar que las arterias coronarias no solo llevan oxígeno y nutrientes al corazón, sino que también son responsables de eliminar los desechos y productos de desecho del metabolismo de las células del corazón. Esto asegura un ambiente interno óptimo para el corazón, permitiéndole funcionar de manera continua sin detenerse.
3. Fibrosis: la fibrosis es el aumento del tejido cicatricial, lo que hace que el músculo cardíaco sea más rígido y menos capaz de contraerse y relajarse adecuadamente.
Factores de riesgo para el síndrome coronario agudo
Los factores de riesgo del síndrome coronario agudo son diversos y pueden incrementar las probabilidades de desarrollar este conjunto de afecciones.

Envejecimiento: a medida que se envejece, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo el síndrome coronario agudo.

Presión arterial alta: la hipertensión arterial pone una carga adicional en el corazón y los vasos sanguíneos.

Nivel alto de colesterol en la sangre: el colesterol alto puede contribuir a la formación de placas en las arterias coronarias.

Tabaquismo: fumar daña las arterias y aumenta la formación de depósitos grasos, lo cual aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas.

Falta de actividad física: la inactividad física puede llevar a la obesidad, presión arterial alta y niveles anormales de colesterol.

Alimentación poco saludable: una dieta alta en grasas saturadas, grasas trans y colesterol puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Obesidad o sobrepeso: el exceso de peso aumenta la probabilidad de desarrollar otros factores de riesgo como la diabetes tipo 2, presión arterial alta y colesterol elevado.

Diabetes: las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular debido a los efectos dañinos del azúcar en la sangre en los vasos sanguíneos y el corazón.

Antecedentes personales o familiares: historia previa de dolor en el pecho, infartos agudos de miocardio o accidentes cerebrovasculares, así como antecedentes familiares de estas condiciones, aumentan el riesgo.

Antecedentes de condiciones específicas: tales como presión arterial alta durante el embarazo (preeclampsia), diabetes gestacional o menopausia temprana, pueden incrementar el riesgo a lo largo de la vida.

Infección por COVID-19: estudios recientes sugieren que la infección por el virus SARS-CoV-2 puede aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares.

Estrés: puede provocar aumento de la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la liberación de hormonas como el cortisol, que contribuyen a la inflamación y formación de placas en las arterias.
Estos factores de riesgo pueden ser modificados a través de cambios en el estilo de vida y tratamiento adecuado, lo cual es fundamental para reducir las posibilidades de desarrollar síndrome coronario agudo y otras enfermedades del corazón.
Causas del síndrome coronario agudo
El síndrome coronario agudo se origina principalmente por la acumulación de placa en las arterias coronarias. La placa está compuesta de sustancias como el colesterol, grasas y células, y puede bloquear el flujo sanguíneo de dos maneras:
1. Estrechamiento progresivo de la arteria: con el tiempo, la placa puede acumularse y estrechar gradualmente una arteria coronaria, reduciendo así el flujo de sangre hacia el corazón. Esto puede no causar síntomas de manera inmediata, pero a largo plazo puede contribuir al desarrollo de SCA.
2. Formación repentina de coágulo: en ocasiones, la placa puede romperse de manera repentina y desencadenar la formación de un coágulo de sangre alrededor de la zona lesionada. Este coágulo puede bloquear la arteria de forma parcial o completa, interrumpiendo de manera brusca el suministro de sangre y oxígeno al músculo cardíaco.
Además de la acumulación de placa, existen otras causas menos frecuentes pero importantes que pueden provocar síndrome coronario agudo:
Coágulo de sangre: a veces, un coágulo de sangre se forma espontáneamente en una arteria coronaria ya estrechada debido a la placa, provocando una obstrucción súbita del flujo sanguíneo.
Espasmo arterial: en ciertos casos, una arteria coronaria puede experimentar un espasmo repentino que provoca una reducción significativa o incluso completa del flujo sanguíneo. Este espasmo puede ser desencadenado por factores como el estrés, el consumo de ciertas drogas como la cocaína, o en situaciones poco comunes, sin causa aparente.
Endoprótesis bloqueada o desgarro: en pacientes con stents o endoprótesis colocados para tratar estrechamientos previos de arterias, puede ocurrir una obstrucción repentina debido a la formación de coágulos o al desgarro de la pared arterial en la zona del stent.
Cirugía cardíaca: en algunos casos, el SCA puede estar relacionado con procedimientos quirúrgicos previos en el corazón, aunque esta causa es menos frecuente.
Síntomas del síndrome coronario agudo
El síndrome coronario agudo se caracteriza principalmente por síntomas que afectan al corazón y requieren atención urgente.
El síntoma más frecuente es el dolor en el pecho, que puede sentirse como presión, opresión, ardor o incluso como una sensación de ahogo. Este dolor puede aparecer de manera repentina y no siempre está relacionado con el esfuerzo físico, pudiendo empeorar con el reposo o incluso con medicamentos para el dolor.
Además del dolor en el pecho, otros síntomas comunes incluyen:

Sensación de falta de aire, ansiedad o mareo.

Dolor que se irradia hacia el hombro, brazo (generalmente el izquierdo), cuello, mandíbula, espalda o la parte superior del abdomen.

Cansancio inusual y desmayos.

Náuseas, vómitos e indigestión.

Sudoración repentina y profusa.

Latidos cardíacos acelerados o irregulares.
Es importante destacar que las mujeres pueden experimentar síntomas diferentes o menos típicos en comparación con los hombres. Por ejemplo, en lugar de dolor en el pecho, pueden presentar síntomas como fatiga extrema, falta de energía, dificultad para dormir, o síntomas gastrointestinales como náuseas, indigestión o dolor abdominal.

Fatiga extrema o falta de energía.

Náuseas, indigestión o dolor abdominal.

Dificultad para dormir.
En personas mayores, los síntomas también pueden ser menos específicos y pueden confundirse con problemas de salud relacionados con la edad, como mareos o debilidad generalizada.
Es fundamental reconocer estos síntomas y buscar atención inmediata si se sospecha un síndrome coronario agudo, ya que el tratamiento temprano puede salvar vidas y reducir el riesgo de complicaciones graves, como daño permanente al corazón o incluso muerte súbita.
Diagnóstico del síndrome coronario agudo
El síndrome coronario agudo es una urgencia que requiere una evaluación precisa para determinar su diagnóstico y tratamiento.

Historia clínica y examen físico: se indaga sobre los síntomas actuales, historial clínico y factores de riesgo cardiovascular.

Electrocardiograma (ECG): durante esta prueba se colocan electrodos en el pecho y extremidades para registrar la actividad eléctrica del corazón.

Pruebas de sangre: para medir biomarcadores cardíacos como la troponina. La troponina es una proteína liberada en la sangre cuando hay daño al músculo cardíaco, y su nivel puede confirmar la presencia y la gravedad de evento cardíaco.

Ecocardiograma: utiliza ondas de sonido para visualizar el corazón y evaluar su estructura y función.

Angiografía coronaria: permite evaluar el flujo sanguíneo y detectar obstrucciones significativas.

Otros estudios complementarios: dependiendo de la situación clínica, podrían realizarse pruebas adicionales como prueba de esfuerzo físico o monitorización continua con dispositivos como el Holter para detectar arritmias o isquemia asintomática.
El diagnóstico preciso del SCA es crucial porque guía las decisiones inmediatas de tratamiento para minimizar el daño al corazón y reducir el riesgo de complicaciones futuras.
Tratamiento del síndrome coronario agudo
El tratamiento del síndrome coronario agudo involucra diversos enfoques para aliviar los síntomas agudos y reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo.
Inicialmente, en la ambulancia o en el hospital, se administran medicamentos como aspirina para prevenir la coagulación sanguínea y nitroglicerina para dilatar las arterias coronarias y mejorar el flujo sanguíneo al corazón. Estos medicamentos pueden reducir el tamaño de un posible coágulo y aliviar el dolor en el pecho. Además, pueden administrar betabloqueantes para reducir la frecuencia cardíaca y disminuir la demanda de oxígeno del corazón.
Para restaurar el flujo sanguíneo al área afectada del corazón, los tratamientos incluyen:
Angioplastia y colocación de stent: este procedimiento se realiza insertando un catéter con un pequeño globo en la arteria obstruida. Al inflar el globo, se abre la arteria y se mejora el flujo sanguíneo. A menudo se coloca un stent para mantener la arteria abierta.
Cirugía de derivación coronaria (bypass): en algunos casos, especialmente si hay múltiples bloqueos en las arterias coronarias, se puede recomendar una cirugía para crear nuevos caminos para la circulación sanguínea alrededor de las obstrucciones.
El tratamiento a largo plazo se centra en mejorar la función cardíaca y reducir el riesgo de futuros problemas cardíacos. Esto puede incluir medicamentos como estatinas para controlar el colesterol, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) para dilatar los vasos sanguíneos y reducir la presión arterial, así como antiplaquetarios para prevenir la formación de coágulos.
Pronóstico del síndrome coronario agudo
El pronóstico del síndrome coronario agudo depende de varios factores cruciales que afectan el curso y la recuperación de la persona afectada. Primordialmente, la rapidez con la que se recibe tratamiento es fundamental. Cuando se desbloquea la arteria afectada rápidamente, se minimiza el daño al corazón, lo cual se traduce en mejores resultados a largo plazo.
La gravedad y extensión del bloqueo arterial también influyen significativamente. Si múltiples arterias están obstruidas o si el bloqueo es severo, el riesgo de daño cardíaco permanente aumenta. Además, si el corazón ha sufrido daños, como ocurre en casos de infarto de miocardio, el pronóstico puede verse afectado dependiendo de la magnitud y ubicación del daño.
Factores adicionales como la presencia de complicaciones posteriores, como insuficiencia cardíaca, arritmias o la persistencia de angina, también pueden influir en el pronóstico a largo plazo. Es importante destacar que ciertos grupos, como mujeres, personas con diabetes, hipertensión o sobrepeso, tienen un mayor riesgo de presentar un peor pronóstico tras un SCA.
Prevención del síndrome coronario agudo
Para prevenir el síndrome coronario agudo, es fundamental adoptar medidas tanto de estilo de vida como el manejo de ciertas condiciones de salud y factores de riesgo cardiovascular.

Ejercicio regular: realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana mejora la salud cardiovascular, reduce la presión arterial y ayuda a mantener un peso saludable.

Alimentación saludable: consumir una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y carnes magras ayuda a reducir el riesgo de acumulación de colesterol en las arterias, que puede llevar a obstrucciones.

Mantenimiento de peso: lograr y mantener un peso corporal adecuado reduce la carga sobre el corazón y disminuye los riesgos asociados como la hipertensión y la diabetes tipo 2.

Abandono del tabaco: dejar de fumar es crucial, ya que el tabaquismo es un factor de riesgo importante.

Control de salud regular: permite detectar y tratar cualquier anomalía a tiempo.

Reducción del estrés: el estrés crónico puede contribuir a problemas cardíacos. Practicar técnicas de relajación como la meditación, el yoga o simplemente tomarse tiempo para actividades que de disfrute puede ayudar a reducir el estrés.

Control del azúcar en sangre: es crucial mantener controlados los niveles de azúcar en sangre.

Evitar el consumo excesivo de alcohol: consumir alcohol en exceso puede elevar la presión arterial y contribuir al aumento de peso. La desición de beber debe realizarse con moderación y conforme a las recomendaciones de salud pública.

Dormir lo suficiente: la falta de sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas. Es importante establecer una rutina de sueño regular y buscar ayuda cuando existen problemas para dormir.

Mantenerse hidratado: beber suficiente agua es importante para la salud general, incluida la salud cardiovascular. Mantenerse bien hidratado ayuda a mantener la sangre fluida y reduce el riesgo de formación de coágulos.

Estar alerta a los síntomas: aprender a reconocer los síntomas y buscar atención inmediatamente si se presentan.

Aprenda más sobre su enfermedad: mantenerse informado sobre los factores de riesgo cardiovascular y las estrategias de prevención empodera en la toma de decisiones más saludables y proactivas en relación con la salud cardiaca.
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